La pro-vida extrema
- verneyh4
- Mar 15, 2018
- 2 min read
Hay un debate fuerte, en el que no entraré, sobre la diferencia entre ser realmente pro-vida (apoyar al derecho a la vida y otros derechos humanos a lo largo de la existencia de una persona) o anti-aborto (concentrar esfuerzos en la lucha contra el aborto, sin luchar por el acceso a comida, servicios básicos y demás derechos de la persona una vez nacida). De lo que quiero hablar es de lo que pasa cuando las leyes son extremas. En algunas partes, la ley ha dado personalidad jurídica a fetos. Esto ayuda, por ejemplo, a que, si alguien matara a una mujer embarazada, se le acusara de dos homicidios en lugar de uno. Pero el problema y donde la ciencia evidentemente no se está tomando en cuenta, es cuando los embriones tienen personalidad jurídica. Y se termina en casos como el de Sofia Vergara, la actriz, que está siendo demandada por embriones. Emma e Isabella. Y no es noticia de “Deforma”. Parte de la demanda, que se inició en Luisiana, es que no se han beneficiado de un fideicomiso que se había creado para ellas, y además se incluye el “abandono” por parte de la madre. Hay muchas parejas que tienen embriones congelados. Leyes como las de Luisiana harían que pudieran ser demandadas estas personas por abuelos, hermanos, tíos potenciales. O más bien, por esos embriones, representados por esos parientes en ciernes. A nivel de ciencia de la reproducción, este tipo de ley resulta bastante peligroso, porque la posibilidad de que un embrión llegue al nacimiento son bastante bajas. O sea, se están presentando demandas a nombre de “humanos previos al nacimiento” que es dudoso que llegaran a nacer aun cuando las condiciones uterinas fueran perfectas.
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